Historia
Las señas de identidad de Cantoria reposan sobre siglos y siglos de historia. No en vano, conocerla hoy supone descubrir, al tiempo, la infinidad de civilizaciones, pueblos y culturas que por ella han ido pasando con el correr de los años. Y es que su privilegiada situación geográfica, fronteriza con el Reino de Murcia y Andalucía, pronto la convirtieron en una zona estratégica para el asentamiento y protección de muchos pueblos.
Así pues, el origen de Cantoria se remonta a la prehistoria, a juzgar por los numerosos vestigios arqueológicos hallados en sus contornos. Éstos conservan la huella de los primeros pobladores allá por el Neolítico y, más tarde, la impronta de fenicios y griegos. Ya en el siglo XII, Cantoria fue una primitiva población árabe andalusí que, con la Conquista de Granada en 1488, se hizo cristiana recibiendo el título de Villa de la mano de los Reyes Católicos.
En 1515, su nombre quedó ligado al Marquesado de los Vélez cuando Don Pedro Fajardo la adquirió junto a Partaloa por dos millones y medio de maravedíes. Otro capítulo importante de su historia fue la sublevación morisca (1569-1571) pues, según los historiadores, Cantoria fue uno de los escenarios clave de la contienda que enfrentó a dos nombres propios: Jerónimo el Maleh y Don Juan de Austria, que eligió Cantoria para instalar su campamento de campaña.
Finalmente, el asentamiento actual de la Villa se realizó entre los años 1570 y 1573, aunque hubo que esperar hasta el 30 de noviembre de 1833 para que Cantoria se constituyera como municipio almeriense al crearse nuevamente la provincia de Almería por Don Francisco Javier de Burgos. En 1840 Cantoria figura entre los 97 ayuntamientos de Almería con el número 81, figurando también como integrante de la Diócesis-0bispado de Almería.
Patrimonio artístico
Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Carmen
Una de las paradas obligadas cuando se visita Cantoria es su Iglesia, dedicada a Nuestra Señora del Carmen, la patrona del municipio. Basta con entrar en la Villa para percibir la monumentalidad de sus formas y la grandiosidad de sus trazas arquitectónicas, que hacen que recuerde más a una catedral que a templo parroquial. Entender su esplendor pasa por conocer los no pocos esfuerzos que tuvieron que hacer los cantorianos para levantarla sobre el solar de un antiguo templo renacentista del S. XVI que se estaba quedando pequeño.
Fue así como la construcción del templo, que comenzó en el año 1816, se alargó poco más de medio siglo debido a lo ambicioso del proyecto y a que la falta de medios económicos paralizó las obras en varias ocasiones. Nada lo suficientemente grave para que sus habitantes abandonaran el sueño de levantar la que aún hoy es considerada una de las iglesias más bellas de la provincia.
Las obras se inspiraron esta vez en las líneas simples y puras que trajo el estilo neoclásico : una construcción imponente con dos torres a ambos lados. En cuanto al interior, lo define una planta de cruz latina, dividida en tres naves separadas por arquerías de medio punto, que se sustentan en gruesos pilares rectangulares, con pilastras jónicas.
Finalmente la Iglesia se inauguró en el año 1870 y ha sido restaurada en dos ocasiones. Los primeros arreglos corrieron a cargo del párroco don José Francisco Serrano, que desde 1971 acometió una serie de reformas como el revestimiento del altar mayor con mármol de la zona. Don Francisco también inició los trámites para que la Iglesia fuera declarada Monumento Histórico Artístico, lo que propició la colaboración institucional para la restauración de las torres.
Tras estas mejoras, el paso de los años siguió haciendo mella en la estructura del templo, con lo que se hacía urgente acometer una serie obras para recuperar el edificio. Ya en el año 2005, el sacerdote don Silverio Sánchez capitaneó un conjunto de actuaciones de restauración de la Iglesia y la Ermita, que, con una inversión de más de 900.000 euros reunida con los donativos de sus vecinos, ha vuelto a hacer que los cantorianos se unan por su Iglesia.
Curiosidades
- Las verjas de hierro del pórtico proceden de la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid.
- La campana grande llegó de la catedral de Toledo.
- El obispo Orberá, que desplegó una gran actividad constructiva en esta ciudad y su provincia, fue un gran enamorado de la iglesia de Cantoria. Fue él quien consiguió varias subvenciones del Ministerio de Gracia y Justicia para terminar las obras, que durante esa época fueron dirigidas por el arquitecto Enrique López Rull.
- El órgano, que sufrió importantes daños en la Guerra Civil, fue construido con los restos de una antigua almazara en la ciudad de Orihuela en 1912.
- El retablo de bronce que rodea el camarín de la Virgen del Carmen, data de principios del siglo XX y fue costeado por la marquesa de Almanzora.
- La Iglesia contaba con un amplio patrimonio artístico como tallas de madera, numerosas obras pictóricas y una rica orfebrería y ornamentación litúrgica, pero fue destruido durante la Guerra Civil.
- Hoy se conservan una serie de pinturas procedentes del Museo del Prado como son el cuadro de imposición de la Casulla a San Ildefonso, obra de Antonio Lanchares, pintor madrileño del siglo XVII discípulo de Zurbarán; un cuadro de Santa Teresa de la Escuela Sevillana, así como un cuadro de San Juan Bautista.
Ermita de San Cayetano y San Antón
Sobre una colina con vistas privilegiadas a la Villa se levanta otro de los lugares imprescindibles de Cantoria: la Ermita. Se trata de un pequeño templo de estilo barroco construido en el siglo XVIII en honor a San Idelfonso al que se puede acceder subiendo por la escarpada calle de La Ermita. Es uno de los lugares que más aprecio despierta entre los cantorianos pues a ambos lados de su altar mayor descansan los patronos del pueblo, San Antón y San Cayetano.
La ermita presenta una planta rectangular con una torre adosada a sus pies en el lado izquierdo. La fachada principal es muy sencilla, en ella tenemos la puerta de entrada a modo de vano rectangular sin molduras, mientras que en su interior encontramos una nave única cubierta con bóveda de medio cañón, con arcos fajones que se apoyan en pilastras enlazadas por arcos de medio punto y, sobre ellas, lunetos ciegos.
Lugar Viejo
Justo enfrente del actual emplazamiento de Cantoria, sobre una colina que emerge sobre el margen derecho del río Almanzora, encontramos los restos de la Cantoria musulmana. El conjunto, aunque muy deteriorado, da idea de la importancia de la que gozó la localidad durante la etapa morisca del siglo XII.
Además, son numerosas las anotaciones históricas que apuntan a que el pueblo, por aquella época de calles estrechas e irregulares, estaba rodeado de murallas y defendido por un castillo, como recrea la cita "Las colinas y veredas de Cantoria, con su elevado castillo, espacioso e inaccesible" del libro Según viaje de Yusuf I en 1347 por estas regiones, del autor Torres Delgado C. (Editorial Ariel, Granada 1978, pág. 328).
Se compone de una torre de vigilancia de la que sólo quedan los cimientos y en la que se aprecia su forma rectangular, hecha en mampostería. A la izquierda se levantó el fuerte, del que apenas quedan algunos restos de sus murallas y la sombra del que fuera un pequeño torreón. Lo que se sí se conserva en buen estado es un aljibe de grandes dimensiones, mientras que el otro que se localiza en la pared oeste, de menor tamaño, está muy destruido.
La Torreta
Durante un paseo por Cantoria es frecuente tropezar con reminiscencias de su época morisca como es el caso de la torre vigía que se eleva en la vecina La Hojilla y que los cantorianos conocen con el nombre de La Torreta. La construcción está en mal estado de conservación, y aunque su parte alta aparece totalmente destruida, aún están en pie la mayor parte de sus muros. No obstante, cuando se la visita tomando un camino de tierra entre los kilómetros 63 y 64 de la autovía que conduce a Cantoria, se puede hacer una idea de cómo fue en sus años de esplendor.
Se trata de una construcción cilíndrica construida de mampostería, con cuatro vanos en su parte superior y rematada con almenas. En la actualidad, la torre es hueca, pero en las paredes se perciben restos de lo que en su día pudieron ser techos que la dividían en un total de tres pisos. Los dos primeros pisos estaban cerrados, existiendo vanos únicamente en el tercero. En cuanto a las ventanas son de forma arqueada, excavadas en el muro y situadas casi a ras de suelo.
Casa del Marqués de la Romana.
Muy cerca de la Plaza de Cantoria, concretamente en la calle San Juan nº 37, encontramos una casa señorial que perteneció a don Pedro Caro Salas, IV Marqués de la Romana. Esta edificación también perteneció al XI Marqués de los Vélez, cuyo Señorío “De Sierra”, de herencia familiar, fue obtenido como recompensa por la ayuda prestada a los Reyes Católicos durante la conquista del Reino de Granada.
Es un edificio de dos plantas de estilo neoclásico construido a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En la planta inferior la fachada principal presenta tres puertas de desigual altura y dos ventanas con rejas. En la planta de arriba hay nueve balcones cuyas bases son rectangulares alternando unas más salientes que otras.
Sobre el balcón central de la fachada principal existe un escudo de piedra en relieve finamente cincelado, enmarcado en un rectángulo. Es timbrado por una corona, de la que salen tres yelmos; sobre el del centro un ángel que sostiene una cinta asida por las manos. Se adorna el escudo con banderas y descansa sobre un manto, por el que corren los collares del Toisón de Oro y de la Orden de Carlos III.
Palacio de Almanzora
Ubicado en Almanzora, el Palacio, que recibe el nombre de esta pedanía y fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1982, es uno de los ejemplos más significativos del estilo neoclásico en la provincia de Almería. Según algunos historiadores, esta residencia señorial se construyó entre finales del siglo XVIII y principios del IX sobre la que fue la casa del administrador general del marqués de los Vélez en el siglo XVI.
Fue el X Marqués de Los Vélez, Don Antonio Álvarez de Toledo, Osorio, Pérez de Guzmán el Bueno y Moncada, el que decidió establecer su casa solariega sobre esta construcción. Para ello, encargó el proyecto al arquitecto Ventura Rodríguez, muy famoso por saber combinar sabiamente lo abigarrado del Barroco con las líneas más simples del Neoclásico. Así, Rodríguez, que respetó parte de la construcción original para mantener la almazara y otras dependencias agrícolas, diseñó un palacio entorno a un pabellón principal con dos alas en escuadra y un patio de honor en el centro. Las dependencias destinadas a vivienda la constituían tanto el pabellón principal como el ala izquierda, mientras que el ala de la derecha se reservaba a una capilla, que aún hoy hace las veces de iglesia de Almanzora.
Las obras terminaron en 1772 con más de 100.000 m2 de jardines, zonas florales, fuentes, un bosque artificial, árboles de todas las especies conocidas y hasta un lago navegable. En 1860, la heredera del marqués de los Vélez vendió el Palacio a un rico industrial minero y reputado político de la época, Antonio Abellán Peñuela, que fue nombrado marqués de Almanzora por Amadeo de Saboya.
En la actualidad, el edificio es de propiedad privada y aún conserva la placa en la que figura “en su Almanzora”, en clara referencia al marqués de los Vélez.
Teatro Saavedra
Otra de las joyas arquitectónicas de Cantoria es el Teatro Saavedra, que recibe su nombre del hombre que impulsó su construcción en 1926, Vicente Giménez Saavedra. Este edificio, que en sus orígenes se utilizó como teatro y más tarde como cine, hace esquina con dos calles céntricas de la localidad, la calle Romero y Ermita, lo que le prodiga con dos fachadas, una lateral y otra principal.
Aparte del atractivo de su diseño arquitectónico, el Teatro Saavedra llama la atención por la tonalidad rosácea de sus muros, que destaca aún más por las molduras blancas que enmarcan sus vanos. Además, las partes de la fachada donde se quiere resaltar algún elemento concreto están revestidos de ladrillo visto.
En cuanto a su interior, encontramos una nave rectangular con entreplanta, que da paso al patio de butacas y al semisótano, donde están los camerinos. El patio está cubierto en parte por la platea y lateralmente en alto corren los palcos que se acercan hasta el escenario, a los que se accede por dos escaleras que se encuentran a ambos lados del vestíbulo de entrada.
El edificio se encuentra en perfecto estado de conservación debido a que ha sido restaurado recientemente por iniciativa del Ayuntamiento, en la que se respetó hasta el más pequeño de sus elementos.
Estación de ferrocarril
Hace ya 25 años que Cantoria carece de servicio ferroviario, pero su Estación de Ferrocarril se muestra tal y como era cuando sus andenes esperaban bulliciosos la inminente llegada de El Correo, que cubría la ruta Alicante-Granada, o "El Frutero", un tren de mercancías "rápido" que llevaba un vagón de tercera clase con asientos de madera.
En efecto, la supresión de la línea Murcia-Lorca- Baza- Guadix, y el ramal Almendricos-Águilas el 1 de Enero de 1985 dejó a la Villa sin tren, pero no sin Estación. De hecho, la antigua Estación fue restaurada hace algunos años por los alumnos de una escuela-taller y en la actualidad acoge la actividad de algunas asociaciones culturales como el Centro Guadalinfo o el Grupo de Desarrollo Rural del Almanzora.
Además, Cantoria es una de las localidades de la Comarca del Almanzora que participa en el proyecto Vía Verde del Almanzora cuyo objetivo es la recuperación y mejora del antiguo trazado del ferrocarril transformándolo en un espacio para el disfrute de la naturaleza y el entorno natural. En el programa, coordinado a escala nacional por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, participan tanto la Junta de Andalucía como la Diputación de Almería a través de diferentes programas de empleo y los diferentes Ayuntamientos implicados.
Puente de Hierro
Este puente construido en los años veinte sobre el río Almanzora a su paso por Cantoria es una de las señas de identidad de la Villa. Está situado al este del núcleo urbano , en la vía que conduce a otras localidades del Valle del Almanzora como Albánchez y Líjar. Este puente realizado en hierro es una estructura de forma cicloidal cuya curva se una a su base con contrafuertes del mismo material. La pasarela comienza y termina con dos miradores de base cuadrada a cada lado, que ofrecen una espectacular mirada sobre la vega.
Y aquí os dejo algunas fotos mas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario